jueves, 17 de julio de 2014

Plan de Mantenimiento: El principio de todo.

Buenos días compañeros, 

Debido a causas laborales, esta semana se ha visto demorada la publicación de este artículo. Perdonadme, pero seré sincero, mientras sean estas causas, que siga así la cosa.

Como hemos hablado anteriormente en otros artículos, a menudo nos encontramos con instalaciones que sobreviven solamente con mantenimiento correctivo. Esto se puede deber a que, o bien hay que abaratar costes o aún no hay implantado un "Plan de Mantenimiento" adecuado para dicha instalación.

  • ¿De que se trata un Plan de Mantenimiento?

¿Qué nos viene a la mente cuando hablamos de "Plan de Mantenimiento"? Principalmente lo relacionamos con las actividades preventivas, y no nos equivocamos, pues se trata del conjunto de tareas o actividades de mantenimiento programado que realizaremos en nuestras instalaciones. ¿A todas las instalaciones? A la gran mayoría, habiendo claro está, un conjunto de equipos que son declarados "no mantenibles preventivamente" y en los que se aplica una política totalmente correctiva.

  • ¿Cuáles son estas actividades? 
Las actividades englobadas dentro de un plan de mantenimiento normalmente son tres: 
  1. Las actividades rutinarias (a diario).
  2. Las actividades programadas (a lo largo del año).
  3. Las actividades realizadas durante las paradas programadas. 
Dichas tareas, al ser determinadas, deben aportar además un conjunto de información sobre ellas para completar el contenido del mismo:
  1. Frecuencia.
  2. Especialidad.
  3. Duración.
  4. Si necesitan permiso de trabajo o no.
  5. Si necesitan la máquina parada.
  • ¿Cuándo es aconsejable diseñar nuestro Plan de Mantenimiento?
Indudablemente, el mejor momento para ello es durante la construcción de las instalaciones. Debe de ser entregado al propietario de la misma en el momento del arranque, y por supuesto, ponerse en marcha desde el comienzo de las operaciones para que las averías no sean las que dirijan las actividades del departamento de mantenimiento. 
  • Métodos de elaboración.
Podemos encontrar 3 modos diferentes:
  1. Recopilando instrucciones de los fabricantes de los equipos y agrupándolos en gamas (realizado por el personal de planta)
  2. Basado en protocolos de mantenimiento (realizado por el personal de planta).
  3. Basado en análisis de fallos que han de evitarse (requiere conocimientos especializados).

Pero si se desea hacer un trabajo óptimo, la realización del mismo ha de plantearse en dos fases:
  1. Realizando en primera instancia un plan basado en las indicaciones e instrucciones de los fabricantes. Este plan puede elaborarse con rapidez, siendo mejor un plan de mantenimiento incompleto que verdaderamente se lleve a cabo que un plan de mantenimiento inexistente. 
  2. Una vez instaurado el plan inicial, procederemos a la realización de un plan más avanzado, basado el mismo en el análisis de fallos de los equipos que componen la planta. Esto permitirá proponer mejoras, crear procedimientos de mantenimiento e incluso seleccionar el repuesto adecuado para cada caso.
La instauración de un plan de mantenimiento en una instalación es un proceso que no siempre triunfa, es decir, está expuesto al fracaso. Esto se produce porque se comenten errores, los cuales serán subsanados cuando el equipo destinado a la implantación vayan adquiriendo experiencia.

Para terminar este artículo, enumeraremos los errores más comunes que se producen y que serán de gran atención, pues si estos no desaparecen, el funcionamiento, o mejor dicho, la función que ha de realizar el plan de mantenimiento no será la correcta. 
  1. Orientar el plan de mantenimiento a equipos en vez de a sistemas.
  2. Seguir en exceso las instrucciones de los fabricantes.
  3. Creer que el sistema GMAO sustentará la planta. 
  4. No contar con el personal adecuado para las revisiones. 
  5. No implicar al personal de mantenimiento en la redacción del plan.
  6. Registrar demasiados datos informáticamente. 
  7. Falta de mentalización preventiva. 
Instaurar un plan de mantenimiento puede llegar a ser una tarea muy complicada, dura y en ocasiones frustrante, pero no imposible. Una buena formación del personal de mantenimiento aumentaría las posibilidades de una instauración correcta y positiva.

Hay que tener en cuenta que lo que se haga en mantenimiento, no tiene su consecuencia de manera inmediata, sino que los efectos de las acciones que se toman, se revelan con seis meses o un año de retraso. Hoy se pagan los errores de ayer, o se disfruta de los aciertos.

Un saludo.

Manuel Fernández del Río. 














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