jueves, 6 de agosto de 2015

Repuestos (I): Gestión


¡Saludos compañeros!

Llevaba tiempo queriendo añadir a este blog un artículo sobre la gestión de los repuestos en los entornos tratados en este espacio, normalmente industriales y/o civiles. ¿Pero qué pasa? Pues que hasta que no topas con un caso cotidiano, no decides hacerlo.

En mi caso, no tener bombillas de recambio en casa para una lámpara y por consiguiente quedarme con una parte de la misma a oscuras, demostró que si para mí es un problema no tener un pequeño surtido de repuestos en casa, en un entorno tan amplio como una planta industrial este problema puede llegar a ser tan complejo como para trastocar la propia producción y por lo tanto, perder mucho dinero. Afortunadamente, hoy día es imposible aprobar un diseño industrial o civil sin abordar en él la gestión del repuesto que la misma va a necesitar durante el periodo de construcción y vida útil de la misma.

Podría pensarse que realizar un acopio adecuado puede ser muy complicado, pero en mi opinión, si nos dejamos llevar por nuestro sentido común, podremos ver que la tarea dista mucho de ser complicada. 
  • Almacén
¿Por qué lo coloco en primer lugar? Fácil, sin almacén no hay control serio de stock, y a continuación voy a daros una serie de razones para ver si estáis de acuerdo o no.
  1. Una planta industrial sin almacén está abierta al caos a la hora de controlar los repuestos.
  2. Si está centralizado, mejor que mejor, ahorra obviamente sitio en la planta pues no es necesario que cada área disponga del suyo propio.
  3. La identificación de los repuestos se hace más fácil debida a la propia organización del mismo.
  • Organización del repuesto
Para una correcta organización, hay que tener claro varios aspectos sobre los utensilios que vamos a almacenar. El primero de ellos es tener claro qué tipo de clasificación vamos a llevar a cabo en nuestro almacén, por ello, debemos decidir si por ejemplo, nuestro almacén va a estar clasificado por la función de cada uno de los repuestos, por el proveedor que los suministra o sin embargo, pensamos que la mejor forma es en base a la necesidad de los mismos.

En mi humilde opinión, pienso que una clasificación por funciones es mucho más positiva y adecuada para un correcto funcionamiento del almacén pues posibilita una búsqueda mucho más rápida del repuesto dentro del mismo.
  • ¿Qué aprovisionamiento deberíamos tener?
Hay que saber distinguir entre almacén y “síndrome de diógenes”, quiere decir esto que debemos de atender a diferentes factores para regir así el abastecimiento de nuestro almacén, para que nunca nos falte el repuesto deseado pero a la misma vez, que este no esté saturado. Por ello, sería oportuno atender a los siguientes factores:
  1. Consumo del repuesto: Por ejemplo, no tendrá la misma salida una junta o empaquetadura que un motor eléctrico. 
  2. Importancia de la avería: Siempre habrá que disponer de stock necesario para reparaciones en equipos críticos que puedan poner en jaque a la producción.
  3. Tiempo de aprovisionamiento: Si sabemos que para obtener un repuesto es necesario un tiempo muy alto, es obvio saber jugar con ello.
  • Proceso de selección del repuesto
Una vez que tengamos claro que repuestos no pueden faltar, pasamos al difícil paso de selección. ¿Por qué difícil? Pues porque al igual que en el punto anterior, podremos basarnos en diferentes pautas a la hora de elegir el repuesto más conveniente, por ejemplo:
  1. Basados en fallos potenciales: En base a las fallas que pueden producirse en nuestra planta, elegiremos aquellos repuestos que mejor respondan a ellas según nuestra experiencia. 
  2. Basados en el fabricante: En este caso, el mismo fabricante da las pautas de aquellos repuestos que mejor se adaptan a sus equipos.
  3. Basados en equipos tipo: Esta elección se hace en base a un patrón “estándar” del equipo en cuestión.
  • ¿Es posible ahorrar sin perder calidad?
Me gustaría para terminar, conocer vuestra opinión sobre este apartado, en el cuál, habrá quien diga que sí y obviamente quien diga lo contrario. Según mi punto de vista, una opinión u otra se basa en la manera de gestionar los repuestos, aunque soy partidario de la primera opción. Optimizar los repuestos, usar kits de rotación y firmar contratos  de suministros a largo plazo puede suponer un ahorro de costes.

En conclusión, trabajar con sentido común todos estos factores nos hará mejorar la eficacia del sistema disminuyendo por tanto el tiempo de respuesta a una incidencia y logrando por tanto mayor rentabilidad económica.

Muchas gracias por vuestro tiempo y ¡nos vemos en la próxima!.

Manuel Fernández del Río.

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